MEMORIAS DE ADRIANO (Marguerite Yourcenar) (05/11/2018)
Bueno, la verdad que este libro no ha dado de sí lo que podríamos
esperar de él (o de su autora). Hubo división de opiniones, a algunas hasta les
gustó, pero a la mayoría nos dejó con pocas ilusiones para descubrir el final.
Yourcenar se recrea en unas memorias muy íntimas, tanto que puede
quedar lejos de una autobiografía novelada, ya que debe resultar complicado
penetrar en la mente y los sentimientos de un personaje público de hace casi
dos mil años. Lo que sí descubrimos algunos es que el excelentísimo señor
Adriano no había nacido en Itálica y durante su vida casi no pisó Roma. Ya ves,
toda la vida nos cuentan una cosa y a la vejez descubrimos otra, y es que el
sentimiento patrio en ocasiones nos nubla el pensamiento.
Pero no crean los ausentes que la velada fue aburrida, para nada,
porque tuvimos un invitado, mi querido amigo José Manuel Rodríguez Hidalgo,
arqueólogo, especialista en Itálica (diría que no se puede encontrar a nadie
que sepa tanto de esta villa romana), nos deleitó con una exposición sin fin,
con todo lujo de fotografías, anécdotas y detalles que hacen sentirse a uno un
auténtico analfabeto en la materia. ¿Quién diría que 19 casas, ¡19!, armarían
tanto ruido a lo largo de tantos siglos?, ¿quién diría que una de las ruinas
peores conservadas del mundo romano tuvo tan enorme importancia en el imperio,
tanto como para proponerla para patrimonio de la humanidad? José Manuel contó
las pequeñas historias de la Historia, fotografías del siglo XIX, guardas de
Itálica de aquella época, nombres de arqueólogos que solo conocíamos porque
rotulan nuestras sevillanas calles: Amador De los Ríos, Demetrio De los Ríos…,
descubrimos el motivo de su abandono, los límites de una ciudad no terminada
nunca, la Itálica preadriana, el Traianeum, los torrentes canalizados, el pozo
de San Isidoro,… hubo tanto jugo y tanta naturalidad que se notó que podría
haber estado hablando pasional y eruditamente del tema por tiempo indefinido, no
solo por sus ocho años como director sino por el entusiasmo que nos transmitía
en cada frase.
Esa noche la podemos enmarcar entre una de esas noches literarias
inolvidables y lo mejor es que José Manuel se queda entre nosotros como un
tertuliano más. Así que, querido, a leer “El ancho mar de los sargazos” de Jean
Rhys; sé que es una temática lejos del mundo romano pero seguro que nos va a
encantar a todos.
Ricardo Ferreiro
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